Eça de Queiros en Egipto
Traducción y prólogo de Martín López Vega
184 Páginas – 18€
Se ha vuelto a poner de moda la edición de libros de viajes. Son tiempos en los que, debido a la acuciante crisis o por motivos de revueltas en los países destino de nuestros sueños, el ir a ciertos lugares es algo más que imposible. Pero nos queda una cómoda y económica solución: embarcarnos en los varios libros de viajes que la mayoría de editoriales están publicando en los últimos años. Precisamente una de ellas es Impedimenta, que nos saca acaba de publicar un interesante libro que se refiere a los cuadernos de viaje de cuando Eça de Queirós, el ilustre escritor luso, visitó las tierras del Nilo con ocasión de la inauguración del Canal de Suez. Esta obra, de título Estampas Egipcias, y que se lee con el interés de una buena novela, tiene un gran corte social y nos descubre a los habitantes de ese país de ensueño de hace casi 150 años. La obra comienza con el desembarco en Alejandría para internarse, poco más tarde, en la ciudad costera y de allí recorrer el delta del Nilo hasta adentrarse en El Cairo. Posteriormente ya nos habla del hito del Canal de Suez y, a la postre, hay unos comentarios muy jugosos sobre el colonialismo de Inglaterra en ese país, que recordamos que acabó definitivamente en el año 1936.
En lo que será para él un viaje iniciático, un choque cultural con lo real y lo ideal de Oriente, descubrirá lo exótico pero también lo miserable, rasgos que fusiona en sus descripciones literarias de marcada influencia flaubertiana, llenas de perspicacia e ingenio. La Alejandría que vio pasear a Cleopatra se convierte a sus ojos en un lugar sórdido, con un barrio egipcio sucio y pobre, y un barrio europeo de aires provincianos. El Cairo, por el contrario, le resulta fascinante por su pintoresca inmundicia. Pocos años después, Eça de Queirós volverá a la zona para detallar la destrucción de Alejandría en las seis memorables piezas que constituyen «Los ingleses en Egipto», incluidas asimismo en este volumen.
José Maria Eça de Queirós nació en Póvoa de Varzim el 25 de noviembre de 1845. Hijo natural del magistrado José Maria de Almeida Teixeira de Queirós y de Carolina Augusta Pereira de Eça, en el registro constó como hijo de madre desconocida.
Vivió con sus abuelos hasta los diez años, cuando se trasladó a Oporto. Estudió derecho en Coímbra, y en 1866 comenzó una prometedora carrera periodística en el diario Gazeta de Portugal, en el que publicó una serie de columnas que fueron luego recopiladas bajo el título de Prosas bárbaras. Una vez licenciado, se mudó a Lisboa y abrió su propio despacho de abogado. En 1869 viajó a Egipto, con motivo de la inauguración del canal de Suez, y en 1870, a su vuelta a Lisboa, publicó una serie de artículos sobre este viaje levantino, incluidos en el presente volumen. Ese mismo año publicó su primera novela, escrita a cuatro manos con su amigo Ramalho Ortigão, El misterio de la carretera de Sintra, y fue nombrado administrador municipal en Leiria. Será entonces, inspirándose en el ambiente de su nueva ciudad de destino, cuando Eça de Queirós escriba la primera novela realista de la literatura portuguesa, El crimen del padre Amaro. No obstante, esta novela no aparecerá en forma de libro, y con importantes modificaciones, hasta 1880. En 1872, su carrera diplomática hace que viaje a La Habana. A partir de entonces vivirá lejos de Portugal, y regresará solo muy de vez en cuando a su patria. Viajará por Estados Unidos y Centroamérica hasta que, en 1874, será trasladado a Inglaterra como cónsul en Newcastle-upon-Tyne. Será allí donde redacte su tercera novela, El primo Basilio, y donde conciba el ambicioso proyecto de escribir una serie de doce novelas que, bajo el título de «Escenas de la vida portuguesa», constituya un gran fresco de su patria, al estilo de la «Comedia Humana» de Balzac. Tras trasladarse a Bristol, en 1878, trabaja en la novela La capital (que no se publicará hasta 1925, un cuarto de siglo después de su temprana muerte), y en su obra maestra, Los Maia, que narra la degeneración de una familia como símbolo de la decadencia de la clase alta de la sociedad portuguesa. José Maria Eça de Queirós murió en 1900, en París, a los cincuenta y cinco años de edad.
Una obra que nos descubre la magia de ese Egipto que tanto nos seduce con una encuadernación y diseño digno de todo elogio gracias al “savoir faire” de los chicos de Impedimenta.