George Borrow y la Biblia en España
Manuel Azaña
Trifolium editorial
92 Páginas
16 €
Busquemos un político en nuestros días capaz de traducir libros de otros idiomas al español. Busquémoslo entre los presidentes de Estado que hemos tenido últimamente. Una amplia sonrisa surgirá en nuestra cara. Y es que a duras penas se saben expresar correctamente en castellano. La incultura lingüistica de nuestros mandatarios es algo que ha sido motivo de muchos chascarrillos y tema continuo de mofa en las redes sociales. Pero hubo un tiempo en el cual los ministros y altos mandatarios dominaban varios idiomas. Prueba de ello es la gran labor de traducción que ejerció Manuel Azaña, que dominaba varios idiomas, en el mundo editorial. Y de ello habla este pequeño libro, George Borrow y la Biblia en España, y que nos refleja una época ya desaparecida de la Historia de nuestro país.
El indiscutible patriotismo de quien llegaría a ser presidente de la IIª República Española, Manuel Azaña, fue motivo suficiente para acceder a la petición de su amigo Jiménez Fraud para que llevara a cabo la traducción al inglés de la obra de George Borrow The Bible in Spain. Como es sabido, la obra trata de los esfuerzos realizados por la Sociedad Bíblica y Extranjera para introducir la lectura del libro sagrado en España en la década de 1830, mediante las gestiones de una serie de agentes, entre los que figuraba el genial Borrow, que recorrería con tal fin cientos de pueblos y ciudades peninsulares, ofreciendo al lector años después el impresionante relato de sus aventuras de viajero. El texto que presentamos, Jorge Borrow y La Biblia en España fue publicado en el tomo I de sus Obras Completas, editadas por Ediciones Oasis (México, 1966)
Manuel Azaña
(Alcalá de Henares, 1880 – Montauban [Francia], 1940)
Fue político, periodista y escritor, galardonado en 1929 con el Premio Nacional de Literatura por su biografía La vida de Juan Valera. Su obra más conocida es La velada en Benicarló (1939), una reflexión sobre las causas y desenlace de la guerra civil española que supone su testamento político. Huérfano de padres, estudió Derecho interno en los agustinos de El Escorial, período que rememoró en su novela El jardín de los frailes (1927), y se licenció en la Universidad de Zaragoza con la calificación de sobresaliente, la misma que obtendría al doctorarse. Miembro de la Academia de Jurisprudencia desde 1899, en febrero de 1911 anunció su ideario político con la conferencia El problema español, donde ya establece la relación inseparable entre democracia y cultura. En 1912 es elegido secretario del Ateneo de Madrid y se afilia al Partido Reformista de Melquíades Álvarez. Sus fracasados intentos por salir diputado en 1918 y 1923 le permiten desarrollar su vocación como crítico y escritor; de esa época son las colaboraciones periodísticas recogidas en Plumas y palabras (1930), La novela de Pepita Jiménez (1927), Valera en Italia (1929) y el drama La Corona (1930). Con el golpe de Estado de Primo de Rivera abandona en 1923 el Partido Reformista, un año después de declara abiertamente republicano y en 1925 funda Acción Republicana y es elegido presidente del Ateneo. Proclamada la Segunda República, asume la cartera de la Guerra y en octubre de 1931 reemplaza a Alcalá Zamora en la presidencia del Gobierno, cargo en el que permanecerá hasta 1933 y al que regresará en 1936, ya como principal impulsor del partido Izquierda Republicana. Poco después asume la presidencia de la República.