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Mis críticas: Los días de Eisenhower

Publicado por Javier El 07/01/2010 a las 7:10 4 Comentarios

Manuel Rico (Alfaguara Ediciones)
264 Páginas – 15 €

El pan era negro o blanco / el aceite verde-lodazal /
Caquis los recuerdos / Ivonne de Carlo / era el technicolor.

Bajo estas palabras, del desaparecido Vázquez Montalbán, y que el autor cita al principio de la obra, se articula el texto que acabo de leer. Una visión de los medios y últimos años del franquismo y que, a través de un paisaje social acertado, nos hace revivir a los que vivimos parte de esa época unos recuerdos ya olvidados. Con Los días de Eisenhower Manuel Rico nos pone un punto de partida, pero no nos declara un tiempo final determinado.
Son los días postreros de 1959 en los que el presidente de Estados Unidos por esos tiempos hacía una visita a España. Una visita muy importante para el jefe de Estado español de entonces y que le daría un reconocimiento mundial del era falto. Diego Valverde, un chiquillo de catorce años, en compañía de su pandilla, se dedican en los ratos libres a fumar cigarrillos en descampados y visitar un caserón abandonado. Por azar descubren una fosa en la que creen ver algo en su fondo. Al poco se dan cuanta que han tapado la fosa para ocultar su contenido. Pero la casona alberga algo más que le hace sentirse muy interesado por los personajes que la visitan. Entremedias aparece Lena, una chica por la que sentirá atraído.
La obra en sí, que data del año 2002, es bastante sencilla. La importancia del texto reside en la meticulosa habilidad de recrearnos un paisaje social muy ajustado a la época. Las costumbres de entonces, la literatura que se podía leer a pesar de la censura, los ambientes universitarios, germen de la revolución pendiente, la música que empezaba a despegar de su anquilosamiento, así como los medios de comunicación con su despertar de la televisión de esos años. Ese recorrido increíblemente añorante y bucólico son realmente lo realmente importante de la narración. La escusa para todo ello son las tribulaciones de un estudiante de catorce años. Pero la trama nos lleva hasta tiempos casi presentes en los que las ilusiones e ideales se diluyen en tranquilidades acomodaticias.
Una obra que está estructurada cronológicamente, sin saltos en el tiempo, y que arrastra un léxico sencillo y tranquilo, sin barroquismos ni enturbiamientos extraños. Se lee de un tirón y sin recurrir a trucos literarios que nos mantengan el alma en vilo. Una prosa suave, reposada y que disfrutamos de ello. Una obra que disfrutarán al máximo todos aquellos residentes en Madrid en los años del franquismo y sobretodo aquellos que residieron en los alrededores de Arturo Soria.
Manuel Rico, madrileño. Poeta, narrador y crítico literario. Autor, entre otras otras obras, de las novelas “El lento adiós de los tranvías” (1992), “Una mirada oblicua” (1995), “La mujer muerta” (2000), “Los días de Eisenhower” (2002) y “Trenes en la niebla” (2005); de los libros de poemas “El vuelo liberado” (1986), “El muro transparente” (1992), “La densidad de los espejos” (1997), “Donde nunca hubo ángeles” (2003) y “De viejas estaciones invernales” (2006). En “Monólogo del entreacto. Cien poemas. 1982-2005″ (Hiperion, 2007)recoge una amplia selección de su obra poética. Es autor del único ensayo sobre la totalidad de la poesía de Manuel Vázquez Montalbán (“Memoria, deseo y compasión”, 2001) y de varias ediciones críticas. Ha escrito el libro de viajes “Por la sierra del agua” (GADIR, 2006) y “Verano´” (Alianza, 2008)es su última novela. Con posterioridad ha publicado “Espejo y tinta” (Bruguera, 2008), compuesto por dos novelas cortas. Dirige la colección de poesía de Bartleby Editores.

La desmemoria y el olvido crecen si la palabra se rinde.


Una deliciosa obra impregnada de ambientes sugerentes del franquismo y que, sin despertar aspavientos de ninguna clase, nos atrapa en su sencillez.


4 respuestas hasta ahora.

  1. Manuel Rico dice:

    Querido Javier (no sé si tengo la suerte de conocerte personalmente): muchas gracias por tu reseña. Se trata de una novela a la que quiero especialmente y que, además, presenté, hace 7 años, en la biblioteca de Alcalá en charla con lectores y usuarios.

    He escrito un post en mi blog. Si quieres psear por él, ahí podrás encontrarte con mis palabras.

    Un gran abrazo.
    Manuel Rico

  2. Pepo dice:

    Hola, Javier. El germen de esta novela de Rico está en otra anterior magnífica y agotada: “El lento adiós de los tranvías”. Ya sólo por el título llama la atención: es otra historia ambientada en el Madrid de finales de los años 60, con el escenario de la vieja Ciudad Lineal (después Arturo Soria). Un escenario donde las referencias históricas y el suspense se entrrelazan para crear una trama de las que atrapan al lector. Aprovecho, también, para recomendarte otra de las novelas de Rico, probablemente su mejor obra narrativa publicada hasta el momento. Es “La mujer muerta”, editada por Espasa en 2000 o 2001. Creo que pronto se reeditará: hay mucha gente que así lo espera…

    Un abrazo.

  3. Tuve la suerte de conocer a Manuel Rico, en un encuentro con Autor, después del libroforum que celebramos con los Días de Eisenhower, en la biblioteca de Torrelaguna…Y fue algo extraordinario. Sencillo , afable, profundo, pético…Nadie quería irse a casa. Así que como el clima estaba de crudo invierno, acabamos tomando un café y seguimos hablando de la creación…¡Un lujo!
    Felices lecturas para 2010
    Saludos afectuosos, Nerea

  4. Gabriel dice:

    Es una novela muy agradable. Parece que no pasa nada pero mediante descripciones de ambientes muy acertadas, el autor nos traslada a la época del Madrid de posguerra de una manera apasionante.