Pablo d’Ors (Editorial Anagrama)
140 Páginas – 15 €
…los tuareg dicen que Dios creó algunas tierras con agua para que los hombres pudieran saciarse, y que también creó tierras sin agua para que los hombres pudieran experimentar la sed. En la sabiduría tuareg se dice de igual modo que Dios creó el desierto para que los hombres pudieran encontrarse consigo mismos (p. 45).
Los escritores españoles están poco a poco desligándose de sus fantasmas y trazando diferentes hojas de ruta. Por suerte para nosotros, la práctica totalidad de ellos se han dado cuenta de la madurez de sus lectores y dejan de darnos la tabarra con adoctrinamientos políticos de épocas pasadas y, llanamente, se dedican a hacer literatura. Eso que hemos ganado. Poco a poco vamos descubriendo nuevos valores con unas obras muy diversas y que, aun encuadrándo algunas de ellos sus novelas en tiempos de dictadura, sus historias son pura literatura y nada panfleto.
Pablo d’Ors es uno de ellos. Y su último libro, aparecido en octubre del 2009, nos da bastantes razones para seguir su carrera y escoger sus obras para deleite del lector. La valía del autor se refleja perfectamente en su última novela, una trama desligada de tendencias y muy a la europea y que bien pudiera haber sido escrita por Stefan Zweig o alguno de sus compatriotas.
Pavel, el protagonista de la novela, vive en Kromeriz, en la República Checa. Un buen día, hojeando la contraportada de un libro, se entera de la existencia de un hombre que ha dedicado su vida al conocimiento de los desiertos. Y allí mismo toma nota de la asociación que creó: “Amigos del desierto”. Puesto en contacto con ellos se dirige a El Hoggar, el sitio donde se reúnen, en la frontera entre Austria y la República Checa. A raíz de ese encuentro conoce a los quiméricos socios de ella y parte, al poco, en un viaje conjunto con la asociación al Sahara. La fascinación extrema por los desiertos le llevará a verse totalmente volcado por esos parajes y volver en otras ocasiones y, a consecuencia de ello, su vida da un vuelco inesperado.
La narrativa, sencilla y fresca, nos mete de lleno en la trama al poco de su comienzo. La falta de detalles superfluos hace de ella un fluir rápido de acontecimientos. Pero lo que más me ha calado en este relato es la profunda carga filosófica y existencial que contiene al llegar a la mitad de su extensión. Perfectamente dosificada de reflejos filosóficos clásicos-el hombre para reconocerse ha de enfrentarse a la nada, al vacío, no a la totalidad (p. 75)-, de detalles poéticos -El viento del desierto guarda una inmensa colección de huellas humanas (p. 83)-, de párrafos existencialistas -piensa que sólo eres libre cuando al partir puedas llevar contigo todo lo tuyo (p. 102)-, en fin, de una perfecta y bella prosa por doquier.
El amigo del desierto es una novela itinerante, pero un camino de conociemiento dentro de uno mismo. Una novela que navega en los mares de Siddharta de Hermann Hesse o de Los ojos del hermano eterno de S. Zweig, como nos recuerda su parte posterior. Pero una enseñanza que anda muy cerca de la mística española de San Juan de la Cruz o de Santa Teresa, sin olvidarse de la gran obra de Joseph Conrad “El corazón de las tinieblas”. Una novela -porque es una novela en su estructura- que nos lleva a ralentizar su lectura según vamos acercándonos al final de ella, a pensar en todo aquello que no está escrito. Y, al finalizarla, a dejar el libro en la mesa y, cerrando los ojos, caminar hacia ese desierto que nos atrapa mucho más allá de las páginas.
De igual modo imagino que tú, quienquiera que seas, harás lo mismo; pronto terminarás de leer y. acto seguido, cerrarás estelibro, abrirás una ventana y -estoy seguro- sentirás que hay algo nuevo en el aire.
Pablo d’Ors nació en Madrid en 1963 y se crió en el seno de una familia de artistas y dentro de un ambiente cultural alemán. Se especializó en Germanía y se doctoró en Teología. Su debut literario tuvo lugar con El estreno (Anagrama 2000) al que siguió Las ideas puras -finalista del Premio Herralde-, Las andanzas del impresor Zollinger, Lecciones de ilusión y en la editorial Pre-textos El estupor y la maravilla. Un escritor bastante valorado por la crítica y que ha obtenido asimismo muchos merecimientos.
Una rompedora y deslumbrante novela que nos lleva mucho más allá de lo que parece y que nos hace ver que hay vida literaria fuera de las corrientes de moda y de las manidas obras sobre las consecuencias psicológicas traumatizantes del franquismo. Una obra absolutamente recomendable.
Esta nouvelle es perfecta. No se puede decir tanto con tan pocas páginas. Deberían aprender de ella los autores de esos bestsellers interminables de 500 páginas o más. Delicada, reflexiva, inteligente, lúcida. “El Amigo del Desierto” es una obra totalmente recomendable y que me ha descubierto a un autor completamente perdurable en el hueco de los lectores que tengan valentía y se atrevan a disfrutar de su escritura. ¿El resto de novelas de d’Ors son tan buenas cómo ésta?
Gracias por tu comentario. A mí, particularmente, me dejó esta novela asombrado. Tengo todas las otras obras del autor en la librería para leerlas en cuanto pueda. Un saludo.
[...] El amigo del desierto Pablo d’Ors (Anagrama) 140 Páginas – 15 € Pavel es un hombre joven de vida tranquila y rutinaria. El hallazgo de un anuncio acerca de la existencia de una asociación, Los amigos del desierto, le hace ponerse en camino de potenciar una de sus más grandes aficiones: el misterio de los desiertos. A partir de unos desafortunados reuniones con el grupo y tras dos incursiones en esos desolados parajes poco acertadas, el destino le prepara un nuevo encuentro, pero esta vez conocerá lo que realmente significa el desierto. Concisa, rompedora y con un gran empaque filosófico. Una obra fuera de toda corriente y moda. [...]
Ya comente algo sobre este libro y ahora al releerlo, lo que descubro es un “manual” para encontrar la felicidad.
Algunas frases del libro:
- ningún desierto es el mismo hoy y ayer,
- en el desierto no es preciso desplazarse, es el mismo desierto el que se mueve,
- el desierto no se puede buscar, sino solo esperar,
- se nace para vivir, para nada mas, vivir es la principal tarea y para llevarla a cabo no es preciso desarrollar ninguna actividad en particular,
- lo importante es estar ahí,
- no solo se ama al oasis, sino el camino mismo, la dificultad
“Quien no conoce el desierto, no sabe qué es el silencio” Si deseo volver al desierto es por el silencio, las estrellas y la inmensidad.
Saludos.