La librería de Javier

Un punto de encuentro para los amantes de los libros

Tus críticas: La noche de los libros

Publicado por Javier El 29/04/2008 a las 8:47 Añadir comentario

Mi buen amigo y aclamado poeta José Manuel Lucía Megías me regala este texto. Un homenaje a los libros y que con su venia y la de las autoridades reproduzco en mi página, que es la de todos los que amamos los libros.

Gracias, José Manuel.


© 2008 Eduardo MillánLa tarde había comenzado acogedora. Una de estas tardes de primavera a las que no nos tiene acostumbrado este tiempo loco, que nos sorprende con lluvias y un sol abrasador a medida que van pasando las horas. Pero el pasado miércoles era el día de los libros y todo debía estar dispuesto para una gran fiesta. Todo comienza, desde hace ya unos años, con la alfombra literaria delante de la imponente fachada de la Universidad Cisneriana. Todos los años, el desfile de escritores, de profesores, de estudiosos, de políticos y el entusiasmo final cuando se siente llegar por la Plaza Cervantes el coche de los Reyes. El guión establecido de los rituales, como todos los años, se ejecuta con maestría… sonrisas, algún que otro traspiés y saludos. Saludos a los que esperan detrás de las vallas la llegada de los invitados, saludos a los que ya están acomodados en el Paraninfo. “Pero ahí está la poesía, de pie contra la muerte”. Palabras que resonaron desde la cátedra complutense y que han terminado por convertirse en un canto a la esperanza, a la necesidad de no caer en el olvido que han multiplicado las ondas de radio, las pantallas de televisión y de ordenadores y la tinta de los periódicos.Ceremonia que este año vi desde el estudio de Hoy por Hoy de la Ser en Madrid, sentado al lado de María Guerra, en un paseo madrileño de la mano de Cervantes, que, comenzó, como no podía ser de otro modo, por la Casa Natal de nuestro alcalaíno y que terminó con unos versos del “Viaje del Parnaso”. En el tintero quedó hablar del Manzanares, de ese río “con mal de piedra”, como le gustaba decirle Quevedo, que le dedicó también estos versos: “Manzanares, Manzanares / arroyo aprendiz de río / tú que gozas, tú que ves / en verano y en estío / las viejas en cueros muertos, / las mozas en cueros vivos”.

Pero el día 23 de abril, este día de los libros, ha dejado de ser tan sólo un día para ampliar su magia a la noche, a una noche en que las librerías se convierten en lugar de encuentro, de reunión, de lecturas y de músicas, de conversaciones y de tertulias improvisadas a la luz de los nuevos lanzamientos millonarios y las siempre sabias recomendaciones de los libreros, de los libreros de verdad, lo que no se conforman con convertirse en simples dependientes a las órdenes de las editoriales más comerciales, las que consideran un libro tan sólo un producto. ¡Ay, qué triste Planeta de libros que se queman y destruyen para dejar espacio en los almacenes!

Y a las siete era nuestra cita en la noche, en la tarde primaveral de los libros en Alcalá de Henares. Una cita en la Calle Ramón y Cajal, en la Librería Cervantes que, poco a poco, vamos ya conociendo como lo que es y ha sido desde siempre: la librería de Javier. El menú se había preparado, como todo lo que prepara Javier, con la profesionalidad del entusiasmo y de la amistad. Una tarde de conversaciones acompañado de buen vino y de mejores palabras; una hora de asombro y de risas con el mago Juan Suricalday, que nos enseñó que sólo con la magia se pueden hacer verdaderos nudos; y después un duelo poético que organizamos juntos Ernesto Filardi y yo, para terminar con la lectura de un hermoso y sugerente relato de Santiago Pajares, uno de los novelistas más interesantes del (solitario) panorama literario español. A partir de las siete comenzó el desfile de amigos, de lectores. El libro que nos convoca, que nos hace estar un rato juntos. Allí vino Maribel, con su sonrisa en la mochila de su entusiasmo; Elisa, con esa mezcla de acentos tan arrebatadora; mis hermanas, mi cuñado Pedro, Angelines y Marino, Ana y Estrella, el siempre esperado Emilio… y tantos y tantos amigos que se reúnen alrededor del libro como ante un abrazo.

Y no podía ser de otro modo porque Javier ha conseguido desde su pequeña librería -pequeña tan solo en espacio- la magia de dar nueva vida a los libros, de rescatarlos de los escaparates suicidas del marketing, de llenar de recomendaciones nuestras lecturas y nuestras mesillas de libros y de autores ni siquiera soñados. Librero que ama los libros y que los toca con la reverencia de quien sabe que están entregando algo más que papel, tinta y encuadernación. Libros que nos hacen soñar, libros que rescata de las fauces comerciales, como ese “Autobiografía de un calabacín” que tantos buenos momentos nos ha hecho pasar a tantos alcalaínos: hoy el libro ha sido destruido, descatalogado. Libro asesinado. Triste imagen para una apasionante noche dedicada a los libros, a su lectura más apasionada, que bien puede continuarse en www.lalibreriadejavier.com. Allí hay libros, críticas, textos… y mucho amor por los libros, la verdad.

José Manuel Lucía Megías