Rubén Castillo (Editorial Tres Fronteras)
La Biblioteca del Tranvía
78 Páginas – 3 €
Si Trujillo es patria de conquistadores, Molina de Segura es tierra de grandes escritores. ¡Vaya sorpresa! Recién descubierta esa pequeña joya -por tamaño y grosor- que es “La mansión de los mutantes” del genial murciano Paco López Mengual, acabo de descubrir otro diamante en esta colección. Y es que, a la vista de la gran iniciativa de la Consejería de Cultura de Murcia, creando una colección de pequeños relatos para los escritores afincados en la región, heme aquí pidiendo a la distribuidora en Madrid la colección completa de ellos para pasar una buena revisión. Y mis sospechas han dado fruto. El segundo librito que acabo de terminar de esta Biblioteca del Tranvía, llamado Hegel en el tranvía, es fresco, divertido y genial como pocos.
Rubén Castillo es profesor de literatura, crítico literario, escritor y bebedor compulsivo de café. Los ocho libros que ha publicado hasta la fecha cubren géneros tan diversos como el cuento, la novela, el artículo periodístico o el ensayo. Ha obtenido media docena de premios por sus relatos, así como dos galardones por sus novelas cortas: el premio Gabriel Sijé (Reina María) y el Ateneo de Valladolid (La mujer de la mecedora). Vive en Molina de Segura y tiene dos hijos. Y, como muy bien apostilla en el Facebook: “Soy un anormal que se lee 120 libros al año. No obstante, me da tiempo a beber cerveza (mucha), a tratar de hacer feliz a mi pareja, a dar clases en el instituto (lo que me dejan) y a otras actividades”.
Lo más interesante para nosotros -los lectores- es que es un escritor fuera de serie. Con este pequeño racimo de relatos, cuatro cuentos y un epílogo, ha conseguido hacer que un buen número de clientes de mi librería se interesen por su obra. Y no es para menos. “Hegel en el tranvía” es un poliedro de tres caras (?) que mirando por una de ellas no se ve el mismo interior que por las otras dos. Curiosidades de la ciencia y la literatura. “Dos cuentos para que usted los escriba” es, o son, dos perlas de la literatura breve, oníricos y surrealistas, y uno de ellos con un humor muy de la región. “Alucinaciones” y “La sorpresa” son dos muestras de estilo, parquedad y resolución perfecta y “Una frase para la Historia” es un colofón-ocurrencia en una sola hoja (dos páginas, por si alguien tienen alguna duda) con las que remata este bello libro.
Ya tengo en mi librería alguna obra más de este autor. Y creo que en muy breve me pondré con ella. Y es más. Creo que en cuanto venga el buen tiempo me dedicaré a recorrer las vegas de Molina de Segura recalando en las muy diversas casas y comercios de escritores camuflados en merceros y profesores de instituto. Me pregunto cuántos más habrá en la zona… En breve les daré detalles de ellos.
Si tienen a bien la opinión de recomendación literaria de un librero les rogaría que se hicieran con un ejemplar de Hegel en el tranvía y lo tuvieran siempre a mano Pocas veces la calidad ha abultado tan poco y la genialidad de un escritor se ha demostrado en tan escasas páginas.
No podría estar más de acuerdo. Una verdadera joya del maestro Rubén.
Anonadado me ha dejado esta joya. Estos cuentos son de lo más divertido y fresco que he leído últimamente. “Hegel en el Tranvía” me parece innovador y divertido. “Los dos cuentos para que usted los escriba” tiene una ironía de la que ya echaba en falta en la literatura española. Y “Alucinaciones” y “Una sorpresa” me parece que tienen un requisito imprescindible para todo cuento que es el final sorprendente que va como un derechazo para dejar al lector con la boca abierta. ¡Muy bueno el libro, sí señor! Para quitarse el sombrero.
Me he reído enormemente con la lectura de este autor que me era totalmente desconocido. Su ironía y sus finales tipo Hitchcock son geniales.
Lo de Molina de Segura es asombroso, qué densidad de talento por km2!!!
Esta obra me ha parecido inteligente, pedagógica, chocante y muy bien escrita. Me ha hecho sonreír alguna contundente metáfora / hipérbole (“con pestañas como juncos”) y me han parecido deliciosos los consejos en cursiva, trufados de referencias a diversos autores célebres, para que escribamos nuestros propios cuentos a partir de los dos que el autor propone a modo de supuesto esquema (y deja, sin embargo, perfectamente resueltos).
Estoy, como Pessoa, convencida de que todas las cartas de amor son ridículas. Sin embargo, no todos gesticulamos con la mano libre cuando hablamos por teléfono. Al menos yo, nunca lo hago, salvo cuando voy en el coche y gesticulo con las dos, que para eso llevo bluetooth!
Un librito cargado de buen humor y mejor literatura.