Este verano hemos estado en Japón. Para ello, después de examinar múltiples folletos de viaje, nos decidimos por una excursión de nombre Japón Mágico de la empresa Catai Tours. Acertamos de lleno.
El viaje, con una duración de 14 días, emplea dos en los traslados. Cosa normal tratándose de un país tan lejano. Emplea dos vuelos en cada trayecto, el de ida con conexión en Frankfurt y el de vuelta en Munich, y los vuelos son con la compañía Lufthansa. Todo ello salió perfecto, no teniendo ni un minuto de retraso en ninguno de ellos.
Los detalles del viaje los pongo en este enlace y he de recomendar de manera muy favorable este tour por lo que contaré a continuación.
Es un viaje muy denso en el que conoceremos verdaderamente el país, y no sólo las grandes urbes que hay en él. Se visitan once ciudades y los alojamientos son en buenos hoteles con todas las facilidades. Los guías son dos en la mayoría del trayecto: Koichi, un japonés que es el que nos explica todo lo que hay que ver, y otro, Gerardo, el guía acompañante, que nos lleva y trae hasta nuestro nuestros destinos y hace de ángel de la guarda en todo el viaje. Y hubo en el centro del viaje otro guía japonés, Tomo, que nos solucionó todos los trámites de visitas en las áreas más turísticas. Un lujo tener tres guías para una excursión de treinta personas.
No es un viaje normal. Sus constantes visitas a santuarios, templos, jardines y ciertos mercados hacen de este recorrido algo que no poseen otros tours. Y sobre todo la oportunidad de compartir una noche con los monjes de un templo budista en Koyasan, en el que, aparte de una cena y desayuno al estilo monacal, tuvimos la oportunidad de participar en una ceremonia budista a primera hora de la mañana como si uno más de la congregación se tratase. Y la suerte de tener dos onsen a nuestra disposición para darnos unos baños al más popular estilo japonés y relajarnos en aguas termales admirando el paisaje de cipreses centenarios en una piscina inmersa en plena naturaleza.
Y esto son únicamente unos detalles de todo lo acontecido.
Por parte del grupo de personas que lo integraban, todo fue perfecto. La amistad y confraternización fue de maravilla y el autobús era una fiesta. Desde aquí he de felicitar a Pilar y Marcelo, esos dos jovencitos entrados en años y que daban una envidia por su actitud positiva y vitalidad que nos hacían parecer mayores a todos los demás. Y sobre todo por el 
alma del grupo, Raimon, ese chico catalán graciosísimo, amante de los pokemon, y que nos hizo reir durante todos los trayectos. Espero que siga así en un futuro. (Y que no haya censura en el próximo encuentro o viaje por parte de sus padres y nos suelte esos chistes guarros que no le dejaron contar 
).
Y respecto al acompañante del viaje, Gerardo, perfecto. Una persona que siempre estaba detrás del grupo, vigilando, para que todo saliera a la perfección, como así ha sido, y que nos enseñó hasta cómo sacar el billete del metro de Tokyo en el mismo metro y que no se cansaba de explicar todo al milímetro. Una felicitación para él.
Un viaje que recomiendo a todos aquellos que quieran tener un buen conocimiento de lo que es ese país y muy valioso desde el punto de vista cultural y gastronómico.
