Ante las llamadas al orden y el desconcierto creado por el artículo titulado “Cómo escribir una crítica literaria“, he de decir:
a) Esto es un blog de un pequeño librero amante de los libros y la lectura, con comentarios sencillos sobre obras que le gustan. Y, a la postre, que estudió ingeniería, que no es un doctor en literatura comparada y que no quiere sentar cátedra con sus comentarios.
b) Para nada ha de ser tomado este blog como una página referencial de crítica literaria sesuda y tampoco ha de ser tenido en cuenta como un espacio Babeliano en la red. Esta página está libre de publicidad, no se vende a editoriales y los enlaces que en ella obran son una invitación por cuenta de la casa.
c) El autor, esto es, yo, me reservo el privilegio de no hablar de los libros que no me han gustado. Ello es debido a que, si un cierto día, leo un libro de Paul Auster o Ian McEwan en medio de un gran retortijón de tripas y no puedo digerir bien esos textos, quede claro que no es culpa de estos insignes escritores, sino de mi inestabilidad gástrica, que venía de serie con mi frágil constitución, y la cual me lleva a no asimilar esas obras como se debidamente se merecen.
d) Si una obra me gusta y ocurre que la leo en un santiamén, con total voracidad, antes de escribir la crítica de esa obra en la página, suelo leerla una segunda vez. En esta segunda ocasión, con lápiz y papel, y voy rescatando los párrafos que más me han calado y saco conclusiones de su escritura, estilo y estructura. Sólo así concibo que se pueda escribir con fundamento unos comentarios de una obra.
e) Al no ser mi persona un lector -y menos un entendido- de las artes poéticas, evito todo comentario de obras al respecto. En contadas excepciones, como es el caso de Ernesto Filardi o Gsús Bonilla con sus recientes libros, me he sentido con ganas de encender el ordenador y escribir unas palabras. Siempre de elogio y cariño y sin ánimo crítico, ya que éste no es mi campo.
f) En el blog hay ciertos comentarios jocosos que no han de tenerse en cuenta como artículos serios. Entre ellos está el de “Preparar un pavo en navidad estando borrachos como una cuba” o el de “Cómo escribir una crítica literaria”. Este tipo de artículos han de leerse con un sentido crítico diferente a los otros incluidos en la misma página. Para evitar equivocaciones, a partir de ahora, a este tipo de artículos los titularé: ARTÍCULOS DE COÑA MARINERA.
Os agradezco en gran medida vuestros comentarios (aunque sean positivos). Escribe tan poca gente que cualquier improperio es tomado por mí como un regalo venido del cielo. Pero, si encima de leer a menudo esta página, sois capaces de decir algo agradable es que se me van hasta los dolores del reumatismo. Gracias, esta vez en serio, a todos los que me hacéis alguna visita de vez en cuando y que habéis conseguido que tenga unas entradas diarias que nunca hubiera llegado a pensar. Y ya sabéis, estoy a vuestra disposición para lo que se os presente*.
* Se excluyen autoediciones, escritores y poetas de medio pelo y familiares de funcionarios que han escrito un libro en sus ratos libres y quieren endosarlo en depósito al primer librero que se tercie sin pensar que todos somos criaturas del Señor y que hasta ahí podíamos llegar. Y hasta aquí hemos llegado.
Llevaba tiempo pensando qué secreto tendría el librero para escribir esas críticas tan lúcidas y lucidas, a la par que entrañables. Y crear ese ambiente acogedor de “mesa camilla y café, en el que te olvidas de que él es el librero y tú una simple lectora virtual y sientes que un buen amigo te está contando qué le ha parecido el último libro que ha leído.
He descubierto el secreto: el librero no estudió literatura comparada. ¡Aleluya! (No digo yo que no sea fructífero dicho estudio, pero en mi experiencia personal he aprendido y disfrutado mucho más aquí)
Agradezco que con vistas a clarificar piense en incluir lo de ARTÍCULOS DE COÑA MARINERA. Aunque personalmente prefiero el riesgo de la metáfora, la ironía y el doble sentido. Me parece más estimulante. Aún a riesgo de que en alguna cocina se prepare la receta de pavo.
En cualquier caso, y para aliviarle el reumatismo, seguiré leyendo y comentando
¡Ah! La metáfora, la ironía y el doble sentido… Al final, las cosas han de darse bien claritas y especificadas para evitar problemas de higiene mental. Me temo que el sentido común cotiza en las mismas bolsas que nuestra desastrosa esperanza económica y así nos va. Pero, desde luego, la coña marinera seguirá presente en esta página como punki es el librero. (Ernesto Filardi dixit)
Javier, yo te voy a seguir leyendo
A veces no me da tiempo a contestar en todos los blogs pero voy leyéndote.
Yo de ti no me preocuparía, haces unas reseñas personales muy apropiadas y como lector tienes una opinión que siempre es respetable. Un saludín.
Pues ya que estamos punkis, yo lanzo desde aquí una propuesta al aire, por si acaso. Javier, si alguien se atreviera a publicar en formato libro unas cuantas de tus entradas (díganse críticas, sugerencias, coñas marineras, anécdotas o lo que sea), yo me compraría un ejemplar sin dudarlo. Y creo que no sería el único. Ea.
Yo quiero uno dedicado!
Yo también me lo compraría….. aunque no descarto que el autor pudiera estirarse y obsequiarnos con él
Me pondré en contacto con algún amigo editor al que le sobre el dinero y le plazca esa manera tan tonta de tirarlo por la borda.
He de comunicar a los lectores que aún no he abierto el apartado de “Artículos de coña marinera digitales hechos papel, encuadernados y dedicados”. El tiempo dirá.
Y yo me pregunto: ¿Cómo es posible que una página de críticas de libros, salvo escasas excepciones, tenga únicamente comentarios de los lectores cuando escribo algo de broma? ¿Cómo es posible que editores y gente de letras se escandalicen de una broma sin intención sobre crítica literaria y me feliciten por la forma en que escribo mis opiniones? Y, por último, ¿Cómo es posible que lleve ya 15 días tomando Frenadol y estoy peor que el primer día?
¿Paracetamol de 1 gr. no es más efectivo?
Yo creo que aunque suene demasiado coloquial y hortelano, el fenómeno podría definirse como “Entre col y col, lechuga”. (Aquí quizás tenga que aclarar que yo también utilizo la ironía y cualquier parecido entre la col y las críticas es mera coincidencia)
Llegamos hasta esta página buscando información de libros, disfrutamos leyendo las críticas, ilustrándonos, estamos atentos a las novedades,número de páginas del libro, autor, estilo,….. y de pronto, un día empiezas a leer y descubres que no se habla de ficción, que en la librería se “ha colado” lo cotidiano, la broma, el día a día del librero contando cosas como las que nos pasan a nosotros. Y encima resulta que escribe muy bien, y quieres más
¡Me rindo! Por favor, no me azotéis más.
Prometo no encasillar los artículos para seguir tomándoos el pelo.
Tercer intento…
Bien, ya lo he conseguido, Javier. Decía anteriormente que tengo un primo que lleva más de media vida vacunándose anualmente contra la gripe. Nunca le hizo reacción hasta este año, que se ha pasado diez días deslomado en la cama. Al parecer le han vacunado también contra la gripe-A. Así que mucho cuidadín con el Frenadol y con las gentes de letras…
A ver si ahora doy con la tecla correcta para poder hacer un comentario…. hombre!!!!!!.
Cuando empiezo a leer “Cómo escribir una crítica literaria” pienso que, a Javier, el constipado le ha trastornado la cabeza y entonces me doy cuenta de que a la que se le ha ido la pinza es a mí porque estoy harta de comentar novelas con él, incluso de las que hemos leído al mismo tiempo. Y lo inmediato es saber que ya me la ha dado otra vez con queso y suelto la carcajada. ¡No te puedes fiar ni de lo que dicen los amigos!
Y eso de que escribes críticas porque no sabes escribir novela….., otra milonga. Anda ya, si no tienes más que ponerte.
Si es lo que siempre digo: No hay cliente más infiel que un cliente fiel. Y no hay librero más macarra que aquel que da la cara más seria. Aunque se resfríe de vez en cuando.
A mi siempre me ha gustado más la ambigüedad, por lo que preferiría que todo siguiera como hasta ahora, y que cada uno saque sus propias conclusiones e interprete a su manera lo que aperece en la página. Quizá los que te conocemos podemos tener alguna ventaja para saber si estás de coña, te has pasado con el frenadol o si es una nueva idea ocurrente tuya. Pero la verdad es que si a partir de ahora todo queda perfectamente encasillado en “Criticas Serias”, “Temas de Coña”, vamos a perder ese momento inicial de sorpresa y de duda que aparece al empezar a leer algunos de tus escritos. Al final son estos los momentos que más disfrutas.
Estoy de acuerdo con Edu, “no al encasillamiento de las Coñas”
Creo Edu que tienes toda la razón del mundo. Publicaré los artículos si dar pistas y el que se mosquee, pues eso. Es verdad que la mayoría de lo que escribo empieza como muy serio y acaba como el rosario de la aurora. ¿Será que tengo un cierto estilo narrativo y no me he dado cuenta? Espero ir mejorando con el tiempo y llegar a vender mi propio libro. Autobibliofagia se llama eso. Que el librero se coma su propio libro con patatas.