Si hay un escritor español fuera de toda norma establecida, ese es Ray Loriga.
Sus obras, dispersa entre varias editoriales, descatalogadas la mayoría de las veces y de temática tan diversa como original llevan camino de poder ser de nuevo pasto de lectores al comprar los derechos de casi toda su obra Alfaguara. Y todo a partir de la firma del autor con dicha editorial para la publicación de su última novela, Ya sólo habla de amor, un posible autorretrato del escritor fracasado que cree encontrarse en sí mismo. Más abajo analizamos sus obras más representativas y que han marcado el rumbo, si lo tiene, de su carrera.
Héroes (Punto de Lectura)
192 Páginas – 7€
Esta novela, de título una de las mejores canciones del cantante inglés David Bowie se mueve a través de recuerdos. Recuerdos de Bob Dylan, Mick Jagger, El propio Bowie, las carreteras y una chica cuyo corazón se partió en mil pedazos. La huida con el amigo que le robó el Mercedes a su padre o el día que su hermano perdió una oreja son los fogonazos que se suceden en la mente de un chico que, harto de las tiranías cotidianas, decide encerrarse en su cuarto. A través de los recuerdos, de las canciones de rock -el sueño del protagonista es ser una estrella de la música- y de una estética discontinua cercana al cine nace Héroes. Una novela juvenil que engancha con la potencia de las imágenes y la honestidad de las palabras.
Caídos del cielo (Punto de Lectura)
186 Páginas – 7€
Un adolescente escapa con una chica a la que ha secuestrado tras matar con una pistola a un guardia de seguridad. Una road movie que cuenta la historia de una huida. La maldad disimulada, la imposición de una identidad, el machismo soterrado… son motivos suficientes para que el protagonista se fugue en compañía de la chica y reclame a voz en grito, en cada uno de sus actos, que lo dejen en paz. Caídos del cielo fue adaptada al cine por el propio Ray Loriga (La pistola de mi hermano), que plasmó en imágenes ese mundo de obligaciones y retos que ponen en evidencia lo que hay detrás de él: nada.
El hombre que inventó Manhattan (El Aleph Ediciones)
190 Páginas – 18€
El hombre que inventó Manhattan, un relato de vidas cruzadas, se hacía llamar Charlie, aunque su verdadero nombre era Gerald Ulsrak. Había nacido muy lejos, en las montañas de Rumanía, y siempre había soñado con un sitio mejor. Charlie inventó la Taberna del Caballo Blanco y, alrededor, el Village. Inventó a Dylan Thomas bebiendo allí su última copa y el Hotel Chelsea, para dejarle morir en él una mañana de 1953, también inventó los bares de striptease de Times Square, las tiendas Disney, las pantallas gigantes y el cowboy desnudo que tocaba la guitarra bajo la nieve. Noche tras noche, Charlie se repetía lo mismo: mañana será un buen día, mañana será un buen día…
A través de la mirada de Charlie emerge una ciudad mítica, en la que el hechizo de escritores, gangsters, y showmen planea sobre las historias de un heterogéneo grupo de personajes: un celador de hospital que se hace pasar por doctor, un hombre enamorado de dos gemelas coreanas, un vendedor de planos o una joven periodista que se codea con productores de cine, diseñadores y cantantes de moda.
Trífero (Ediciones Destino)
232 Páginas – 15€
¿Quién es Trífero? Personaje inesperado en el panorama literario español, sus raíces habría que perseguirlas seguramente en alguno de los interesantísimos bellacos creados por Nabokov, aunque no está tampoco lejos de la tradición del pícaro. Su vida, o mejor sus vidas, nos llevan desde Escandinavia junto a su esposa, la dulce Lotte, hasta Nueva York, donde se embarcará en una insensata farsa en busca de escurridizos universos paralelos. Jamás un hombre tan desdichado pudo vivir una historia de amor tan bella. Jamás un encantador embustero estuvo tan cerca de engatusar a la respetable comunidad científica. Romance delirante y comedia cuántica.
Ya sólo habla de amor (Alfaguara)
176 Páginas – 18€
La última novela de Ray Loriga, cada vez con un discurso más introspectivo narra la vida de Sebastián, un hombre incapaz de superar la pérdida del amor y que se entrega con entusiasmo al fracaso, a la inútil corrección compulsiva de traducciones de poemas de Blake, a observar a las mujeres con delicada atención, a abusar de la paciencia de sus amigos y a dar vida a Ramón Alaya, su álter ego imaginario, jugador de polo argentino, leal, fuerte, atractivo e ignorante de todo ese absurdo territorio de ficción que consuela a los locos en su derrota. En una sola noche se verá obligado a caminar más de lo que ha caminado durante los últimos años.
Tokio ya no nos quiere (Alfaguara)
264 Páginas – 18€
Para la última he dejado la gran novela de Ray Loriga. Es una obra que llevaba años desaparecida y que le consagró como el más internacional y original de los escritores españoles en el extranjero. Con un estilo de escritura concreto y rápido, una historia basada en hechos, experiencias y recuerdos, el escritor nos relata un futuro ya presente en el que un vendedor de ciertas sustancias químicas, que logran borrar los malos recuerdos del pasado, le juegan a él mismo una mala pasada. El mundo global en el que discurre la novela, unos espacios de personajes ya desaparecidos y que logran ser sustituidos por programas cibernéticos hasta que los familiares vayan asimilando las pérdidas, unos amores tan ácidos como incorpóreos…En definitiva, un viaje a un futuro que ya llegamos a palpar con las yemas de los dedos
Con diferencia, y según mi parecer, la mejor novela de su autor. Una novela que marca y que consagró a Ray Loriga como el más innovador de los escritores españoles vivos.
[...] sólo habla de amor Empecé a leer a Ray Loriga en mis años de universidad porque dos de mis mejores amigos por aquel entonces, Cristina Isidoro [...]