Alguien a quien amar
Se lo habían pedido con rosas, bombones y joyas pero aquel hombre lo hizo con un libro. Tan solo bastó un instante para que ella pronunciara: “sí, quiero.”
La niña sin voz
Enviar por correo esta noticia
Imprimir esta noticia
Notificarme por correo electrónico cuando haya nuevos comentarios a este artículo
Groucho Marx