Una vez acabada la maratoniana Feria del Libro de Madrid de este año, los organizadores y ciertas sociedades se han volcado en sacar cifras y más cifras de ventas, vendedores y demás números sin importancia. ¿Que cómo ha sido la feria del libro de este año? Pues como todas, ni más ni menos. Quizás haya habido algo más de ventas al no coincidir fiestas religiosas en medio de ella y por haber hecho muy buen tiempo -salvo un día- durante todo su calendario. Todo lo demás, pues igual que los anteriores años.
1) Los que más firman, como siempre, los cocineros, los presentadores de televisión, los autores aprovechados de libros para quinceañeras con gorra incluida y poco más. Este año, y como clara excepción y anticipo de lo que va a ser el libro del año -y con toda la razón del mundo-, Almudena Grandes batió todos los récords posibles con su inmensa Las tres bodas de Manolita. Incluso el último día ya se la veía cansada y afónica de esa gira por todo el mundo que ya la quisieran los grupos de rock más punteros. Se lo merece.
2) El libro electrónico sigue sin aparecer. Pero, ¿cómo va a aparecer este soporte en la feria si el 97% de las descargas, según un conocido medio de internet, son piratas? Ese dato lo constatan los libreros de toda España, que han visto caer las ventas de libros de manera inusitada, a lo que tampoco hace gran favor la galopante crisis del país. Y no digamos nada de los incompetentes politicastros de turno permitiendo la piratería sin poner remedio a esta lacra. Claro, se ve que a ellos la cultura les resbala, y bien, y como no afecta a sus sueldazos de empotrados en el sillón…
3) Las ganas de cambiar el formato de la feria se diluyen una vez más comprobados los datos de cada año. Y es que si algo funciona casi mejor es no tocar nada, no se joda. Y como el mercado del libro tampoco es que dé muchos dineros al erario público pues ni se acuerdan de ello. Ni falta que hace. La gente disfruta, el tiempo suele acompañar, el paseo de dos horas tranquilamente arriba y abajo para verlo todo es muy saludable y estimulante, y las ventas se mantienen. ¡Para qué tocarlo!
4) ¡Pero qué penita da ver a grandiosos autores muertos de asco al lado de impresentables que no daban abasto en las firmas! Pero es lo que hay. Eso sí, cuando te acercabas a ellos y les comentabas lo que te había gustado tal o cual obra suya veías que casi se le saltaban las lágrimas. En eso no ha cambiado un ápice la feria. Y la alegría que se llevan estos escritores de raza al encontrarse con lectores de verdad, no con esos que con el móvil hacen fotos hasta del barrendero de turno con el ánimo de gastar batería, ni te digo. Porque mirones los hay por doquier, pero verdaderos lectores de bien…
5) Yo, como librero, disfruto de lo lindo tomándome unos refrescos con ciertos escritores, que me comentan aspectos de sus nuevas obras, o con los editores con los que me llevo muy bien. Gracias a ellos puedo traerme a las tertulias de la librería a autores de gran valía y con los que los lectores se sienten muy gratificados. Dentro de unos días os comentaré los primeros nombres que van a aparecer por nuestras tertulias. Y asimismo los libros que serán de lectura obligatoria para el grupo de lectores de la librería para este verano.
Foto del grupo de amigos que fuimos a visitar a nuestro querido Alejandro Palomas con motivo de la firma de su libro “Una madre”. El autor, en el centro y de verde.
Fotógrafo: J. Ritts
Precioso día, maravillosa compañía y sobre todo perfecta comida.
Gracias x ese día tan bonito.
¡Qué envidia me dais los de ese grupo de lectura! Una pena vivir en Cuenca.
Eso si que es un contacto cercano con el autor. No suelo aparecer por allí si hay una gran cola para el escritor que me gusta. Me cabrea que firmen los libros como quien pasa el código de barras. Pero un trato tan afable como el de la foto da muuuuuuuuuuuuucha envidia. Sana y de la otra.
Un placer saludaros en la caseta de Bartleby Editores (un año más) Y muchos ánimos.
El placer es nuestro, de encontrarnos de nuevo con uno de los editores más luchadores en esta jungla de papel. Un fuerte abrazo.