Las tardes de verano me matan. No aguanto los calores tórridos de la meseta castellana. Algunos me echan en cara mis orígenes sudacas. Y me cuesta escribir “sudaca”, ya que el corrector, ortográfico y de lo políticamente correcto me aconseja escribir “sudada”, que debe de ser lo correcto para este tiempo que tenemos. A lo que voy. De haber salido yo presidente de gobierno, aun siendo en funciones como el eterno Rajoy, aun sólo por unos quince minutos, con lo que estaría contento hasta Pedro Sánchez, con esa camisa blanca llena de sudores y sinsabores, con sólo esos quince minutos, hubiera derogado el verano. Así, sin más. Con un proyecto urgente de ley. Desde el 20 de junio nos iríamos al 21 de septiembre. Y tan ricamente. Sí, ya sé que los que dependen de la hostelería se me echarían encima con lo de los turistas, las divisas… Bobadas. A los nórdicos no les espanta nada. Y se ahorrarían disgustos y sinsabores. Que vengan en otoño. Porque, ¿qué es lo primero que hace un inglés al llegar a España? Bueno, ahora, lo primero después del “Brexit day” es sacar el pasaporte en la frontera. ¡Toma ya! ¿No queríais torraos? Pues por debajo de la puerta te los echo a puñaos. Los hijos de la gran Bretaña vienen a dejarnos sus dineros, sí, de acuerdo, pero también a coger cánceres en sus blancas pieles que después se operarán en la Seguridad Social, y eso aparte de dejarse los sesos en su deporte más conocido, el balconing. ¡Qué bellos saltos! ¡Qué plasticidad la de los bellos cuerpos ebrios cayendo (casi) a la piscina! ¡Qué pena, por qué poco! La de cosas que perderemos si se van de nuestra querida Europa, esta Europa mía, esta Europa nuestra… Ya me estoy yendo. A lo que voy. No aguanto los calores. Me pongo hasta arriba de café con hielo durante todo el día y después por la noche no duermo. Y a las dos horas de quedarme frito, a eso de las ocho de la mañana, me vuelvo a despertar otra vez, pero ¡con un cansancio de muerte! Y vuelta a lo mismo: café con hielo y ventilador. Esto no se puede tolerar. Le voy a domiciliar mi nómina a Nespresso. Además, las mentes se licúan y no hay quien lea a gusto, o quien escriba dos líneas con agilidad. Pues eso, lo dicho, queda inaugurado el verano.
Y los Tintos de verano.
Totalmente de acuerdo en todo. Entre octubre y mayo lo mejor.
Aunque eso sí, también así se agradecen mucho un par de cervezas heladas al acabar el día…jaja.
Un saludo.
Gracias por tu comentario. Un cordial saludo.
Ya sé que voy con retraso en mis lecturas y que esta es de hace casi una semana, pero… la culpa la tiene esta canícula que tan bien describes. ¡Qué carcajadas, dios mío, en este martes, que es como un lunes y, además, pegajoso!
Saludos.
Muchas gracias por tus palabras. Que no pases mucho calor.