Muriel Barbery (Editorial Seix Barral)
420 Páginas
Fue un libro que compré sin ninguna referencia. Me hizo gracia el título y la reseña que había en la contraportada prometía.
Me ha gustado porque me ha hecho reflexionar sobre muchas cosas, en particular sobre los prejuicios tras los que nos parapetamos para no acercarnos a las personas. Me ha confirmado que la vida es mucho más de lo que se ve, y como bien decía El Principito, «sólo se ve bien con el corazón», lo que pasa es que resulta demasiado arriesgado y comprometido en la sociedad materialista en la que vivimos. Me ha parecido un libro original con ingeniosos juegos de ideas y con párrafos de una filosofía total. En este libro se habla de la soledad, de la inteligencia del individuo y de la solidaridad; de hombres y mujeres que viven juntos pero en mundos diferentes.
El estilo de su autora, Muriel Barbery, es delicioso con sus juegos de palabras, su bella composición y su humor inteligente (con algunos párrafos del libro me he sorprendido a mi misma riéndome a carcajadas). Con este libro Muriel nos confirma que la filosofía no puede reducirse a un mero análisis de textos, que sobre todo debe ser pensamiento sobre y para la vida.
También tengo que reconocer que al principio me costó meterme en la historia. Y por poner algún pero diré que algunos mini capítulos resultan un poco flojos. Aún así creo que es un libro totalmente recomendable.
Carmen Fernández Avendaño
Una obra un tanto pretenciosa. La autora deja bien claro que estudió filosofía y abusa de una forzada erudición que distrae de la trama y no aporta nada al desarrollo de los personajes. Casi al final esa ostentación de saber se torna cursilería para desembocar en una resolución algo precipitada. No obstante lo leí en un par de semanas que es más de lo que se puede decir de muchos libros.
Hace como 2 años que leí La Elegancia del Erizo. Me pareció bastante original, sensible y filosófico y encima con toques de humor. La verdad es que me gusto mucho aunque tengo dos peros. Lo primero era que esperaba más interacciones y diálogos entre las dos personajes principales, la niña y la conserje (no recuerdo los nombres). Lo segundo es que el final me agrió un poco el buen sabor de boca que me estaba dejando… Seré de las tontas a las que le gusta el final feliz? En fin, me pareció innecesario tal desenlace aunque hiciera a la niña repensar sus planes fatalistas.
Para mi, un libro dividido en dos partes. La primera mitad, un peñazo, tostón (que estuve varias veces a punto de abandonar), y la segunda mitad, fabulosa, extraordinaria.
Efectivamente como dice Fran en su comentario, se le ve un poco el plumero a la autora su gusto por la filosofía. Para quien le guste la filosofía, genial. Para quien no le guste como a mi, su lectura se hacer tortuosa, te hace perder el hilo de lo que vas leyendo o llevas leído.
Me hice el masoquista, y aguanté. Me alegré una barbaridad, porque cuando entran Manuela y Karuko, es cuando se conjugan con Paloma y Reneé, y se convierte en un libro maravilloso.
Como interactúan estos personajes, como vivimos rodeados del prejuicio de los demás, y del nuestro propio. Es divertido como la autora, te da las versiones de un mismo hecho, por dos personajes.
En si el libro, lo recomiendo