Como podéis suponer, tantos años ejerciendo el noble oficio de librero deja muchas anécdotas y curiosidades que quiero compartir con vosotros. En ésta página os relato algunas de ellas…
La librería. 10.45 de la mañana. Señor de mediana edad. Sin bigote.
- ¿Tiene libretas chiquititas, chiquititas, así…? |
Hace tiempo, unos años, en la librería había bastantes revistas. Era una especie de Vips con algo de tiempo en la madrugada para dormir. En esa época, según se entraba, a mano derecha estaba una gran estantería, de techo a suelo, toda llena de revistas. Estaban clasificadas por temas y, para evitar su fácil acceso, las revistas de temática “gay” estaban justo detrás de la puerta, de tal manera que, al abrirla, quedaban ocultas tras ella y a un nivel bastante bajo como para que saltaran a la vista. Cierta tarde entró una mujer joven, madre de un niño de unos cinco años, y que fue directamente al mostrador. - ¿Tiene alguna revista o algún libro de Tarzán? Fui a la parte trasera, la de libros y me detuve en buscar. Y encontré algo. - Pues mire, revistas no hay nada, pero tengo un libro especial conmemorativo del primer comic de Tarzán que se dibujó. Cuesta 60 euros, es caro, pero es una edición limitada… La mujer llamó al niño y le enseñó el libro. - Pepito, ¿Te gusta este Tarzán? Y el niño, ante nuestro asombro cogió una revista porno “gay” donde salía en portada un macizo culturista con el pelo rubio, bien corto, y con un desbordante paquete que nos cortó la respiración. - ¡Déme este libro, por favor!, ¡¡¡Pepito!!! ¡Toma esto, anda! -corriendo hasta él la mujer y quitándole al niño la revista de las manos-. La mujer soltó los 60 euros con la rapidez de una gacela y se fue con un sonrojo sólo comparable al mío. |
Era una mañana tranquila cuando entró una mujer de mediana edad con un recado que traía de su hija. De memoria, pues el papel con las anotaciones se lo había dejado en casa.
- ¿Tiene Rinconete y Filemón?- me preguntó así, por las bravas. Yo, con mi sarcasmo, que me sale cuando menos me los espero, le respondí: - ¿No será Mortadelo y Cortadillo? |
Esta vez creo que era por la tarde. Apareció una mujer, también de mediana edad, -suelen ocurrir las anécdotas con este tipo de mujeres-, y me pidió un libro para su hijo. Esta vez lo llevaba apuntado.
- Mire. Quiero “La Tía Tula” de Miguel Delibes. Cara de asombro por mi parte. - ¿No se referirá a “La Tía Tula” de Miguel de Unamuno. |